LA ESPECIE HUMANA (D.G.M.)
1988
La especie humana
Al mundo se le va viendo el esqueleto, ya se ocupa de ello
la especie humana, laboriosa en su destrucción. Cada vez menos humana por
costumbre, a la especie le asoman a su vez los huesos entre la carne
deteriorada, floja y muerta.
Los sueños de algodón se hicieron papel moneda, la armonía y
la belleza, travestidas, perdieron su origen, mostrando hoy una mueca de
espanto, pintarrajeada, tétrica y acabada.
Lo importante es el traje.
El corazón bombea, no palpita, es víscera y nada más.
Las cuencas, vacías, ya no miran, sin ojos, sin vida,
recogen sólo los restos de las patibularias imágenes emitidas.
Y el cerebro, esa impertinencia gris, es más negra cada vez,
al resecarse.
David
González M.
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