LA MARIPOSA Y LA BESTIA (D.G.M.)
1990
La mariposa y la bestia
La mariposa se posó en el cabecero del sueño eterno,
suavemente, y fue tal el estrépito que despertó a la bestia que dormía en él
desde siempre.
Encolerizada la bestia, exhalando azufre por sus aletas
nasales lanzó alaridos en todas direcciones, penetrando con sus ojos de zafiro
la gran estancia abierta.
La mariposa asustada, batió sus alas con tanta fuerza que
provocó un huracán terrible que se llevó en volandas a la bestia, en medio de
un gran torbellino de nubes de colores.
David González M.
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