Y ENTRE TANTO (D.G.M.)

1984

Y entre tanto

Y entre tanto,

mientras el sol sigue brillando,

rebuscamos entre signos una compañía,

un apoyo, una guía.

El sueño levanta nuestras sienes

del malecón terrenal,

asciende la locura como única virtud,

en busca de otro suelo más ligero,

menos sucio.

Los ojos barren desde arriba

las palabras vacías,

la carne, complemento de la vida,

se estremece aterida

cuando la luna brilla y domina.

Un sentimiento libre de impuestos,

se refugia con premura

entre las acolchadas paredes

del corazón,

escondiendo con sonrojo

su natural intención.

La sangre brilla con reflejos de aguamarina,

desbordando los pretiles

que el cerebro impuso a la conducta.

La sangre ya no es solo sangre,

es almizcle y sal y azufre y agua transparente,

hasta polvo de estrellas es la sangre,

la que antes era sólo roja,

ahora está incandescente.

Y así el hombre prende su materia,

cuando el sueño que volaba

aparece en la tierra que hay en la cabeza,

preñando los surcos del cerebro

con divina elocuencia.

                                                                                                       David González M.