EL TIEMPO (D.G.M.)
A menudo el Tiempo nos sorprende, a
veces de espaldas, otras de frente, o cuando giramos bruscamente nos damos de
bruces con su pátina.
El Tiempo nunca es lo que pensamos,
imaginamos o vivimos que puede ser. El Tiempo no se deja coger, es tan vasto
que lo abarca Todo. Para nuestro sosiego lo atamos al reloj, y así tenemos la
sensación de tener tiempo, de empezar y acabar, de principio y final, de que
estamos en camino y nos tranquiliza porque representarse un camino siempre
tranquiliza.
No es lo mismo aventurar por dónde
vamos que conocer el trazado de antemano.
Así podemos conversar y convenir
con otros sin perder el tiempo. Entonces quien escucha no se molesta ni entra
en conflicto.
Estar en camino también forma parte
del Tiempo, por lo que no representa nada, lo siento por quien escucha, no es
mi intención molestar. Y digo que no representa nada, porque no transcurre en
ningún espacio imaginable, en todo caso sería un espacio que podría albergar
toda posible representación, incluyendo las imposibles. También forman parte de
Él.
Nos resulta casi imposible de
entender que lo posible es una probabilidad tan veraz como lo imposible, si
pudiéramos Ver el Tiempo, asentiríamos con una sonrisa.
Una sonrisa es precisamente la
única manera de expresar el Tiempo, de comprenderlo y de comunicarse con su totalidad.
El corazón sabe de sonrisas, de
hecho es su lenguaje, o mejor dicho la expresión de su lenguaje. Su lenguaje en
realidad es el Silencio y no un silencio cualquiera, sino el Silencio Cósmico, ése
que raramente es conocido y alcanzado.
Si resulta difícil escuchar
cualquier silencio, más aún resulta escuchar el corazón que nos habla tan grácilmente.
Nadie nos enseña a escuchar el
silencio, menos aún el corazón, y en el tiempo en que vivimos hay tanto ruido
que ni siquiera oímos nuestro propio latido.
Para que nadie se ofenda y pueda
acercarse a lo que digo dibujaré una imagen accesible, el inaudible Silencio se
parece al sonido que produce la nieve al caer sobre la tierra, siempre que
también el viento esté escuchando. Si fuéramos capaces de Ver ese sonido
estaríamos muy cerca de escuchar el Silencio Cósmico, tanto como de nuestro
corazón y al instante una sonrisa cambiaría para siempre la sensación que del
Tiempo tenemos.
David González M.
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