CAMINO (D.G.M.)
1987
Camino
Camino entre zarzas
plagadas de aguijones
que desgarran el
sueño
a jirones.
Olfateo la sombra de
la muerte
haciendo su ronda,
una quietud de piedra
es el Éter
alrededor de mi
conciencia.
Como lascas de
pizarra
separo mis células,
en el supremo intento
de mudar más deprisa,
mi carnal vestimenta.
Camino con los ojos
entreabiertos,
a la luz y a la
sombra,
entre cipreses de
mármol verde,
entretejida la frente
de esperanzas,
con la mueca de la
sorpresa
¡congelada!
en el arco sensible de
la cara.
Una sacudida es el
vuelo del tiempo,
un impacto en el
cerebro.
Esporas de algodón
fecundan los
invisibles
que colocan las
pruebas de valor,
de ansiedad tengo
enfermo el corazón.
Difícil entender
la necesidad de la
paciencia,
mover la rueda con la
sonrisa,
aprender sin prisa.
Camino con el rostro
de neblina
atento al Sol que
despeje las incógnitas,
telarañas tupidas,
filtros de la vida.
David González M.
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